Un niño guatemalteco de ocho años de edad declarará en el juicio por asesinato que se sigue en contra de su padre Marvin Orellana Escobar en el estado de Iowa, Estados Unidos.
La primera audiencia del juicio será el próximo 27 de enero en un juicio por el asesinato de una migrante hondureña y sus dos hijos menores de edad supuestamente a manos de Orellana Escobar.
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Los hechos ocurrieron en julio del 2019 cuando Rossibeth Flores Rodríguez de 29 años y sus hijos, Grecia de 11 años y Ever de cinco, los tres de nacionalidad hondureña, murieron a balazos en la casa del guatemalteco.
El menor guatemalteco habría presenciado el asesinato de Rossibeth Flores como testigo de los disparos y prestaría su declaración por medio de un circuito cerrado de televisión.
La moción presentado por la fiscalía fue aceptada por el juez que lleva el caso y aseguró que la información que se obtenga será compartida únicamente con los involucrados en el caso.
Daños sicológicos
Un terapeuta infantil que trató al menor guatemalteco declaró a la corte que “sufrió un inmenso evento traumático cuando presenció los asesinatos”.
El psiquiatra también informó que el niño ya había recibido terapia pero que “su comportamiento había disminuido en la escuela y en el hogar”.
“El terapeuta cree que el bienestar del niño se vería más comprometido si tuviera que testificar en presencia de su padre”, dicen los documentos citados por el diario La Prensa de Honduras.
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Migrantes
La hondureña y sus hijos vivían en el sótano de la casa del guatemalteco en Desmoines, Iowa.
La policía local informó que el 16 de julio del 2019 atendieron una llamada de emergencia sobre el hallazgo de tres cuerpos en unos condominios.
Fue el mismo Marvin Orellana quien hizo la llamada pero momentos después fue arrestado por el cargo del triple crimen.
El guatemalteco había estado viviendo en Estados Unidos bajo el nombre de Marvin Oswaldo Esquivel López y había sido deportado dos veces.