La Reina Isabel II está pasando por uno de los momentos más duros al enfrentar este escándalo que vuelve a los titulares de la prensa británica. La Reina Isabel está lidiando el mayor escándalo real del que se tenga memoria, pues un jubilado exige el ADN de la Reina Isabel II para demostrar una aventura.
El jubilado quiere demostrar que sus antepasados eran los herederos legítimos del trono, amenazando con demandar al Palacio de Buckingham si se ignora su solicitud, tiene en jaque a la Reina Isabel II.
La denuncia
Francois Graftieaux de 73 años afirmó que su padre Pierre-Edouard nació después de un romance entre su abuela Marie-Leonie Graftieaux y el entonces príncipe de Gales Eduardo VIII.
Si se demuestra que tiene razón, esta relación ilícita significa que los antepasados de Graftieaux fueron herederos al trono entre 1916, el año en que nació Pierre-Edouard, y diciembre de 1936, cuando Eduardo VIII abdicó para casarse con su amante Wallis Simpson, dijo el hombre de 73 años.
El jubilado tiene un parecido con el duque de Windsor, el título otorgado a Eduardo VIII después de que renunció a sus derechos al trono, dijo que en el siglo XX, la verdadera línea de sucesión se ocultó ilegalmente para bloquear a los Graftieaux de su lugar.
“Como el último de mi familia de Graftieauxs, tomaré cualquier acción que sea posible y necesaria para proteger nuestro legado y arrojar luz sobre uno de los mayores escándalos sexuales reales en la memoria”, expresó.
Historia
Para probar la conexión de su padre con la Casa de Windsor, Graftieaux ha pedido, por tercera vez, que el Palacio de Buckingham proporcione una muestra del ADN de la Reina Isabel II.
El jubilado ahora vive en Portugal, y ya había pedido una muestra de ADN en 2004 y 2013, solo para ver su declaración rechazada. Si se ignora su última solicitud, el jubilado dijo que iniciaría un caso legal contra el palacio mismo, que sirve como cuartel general administrativo de la Reina Isabel II.
Graftieaux dijo que no busca una compensación o un título, simplemente quiere que su familia sea reconocida como una pieza importante de la historia de la familia real británica.
“No le pido dinero, título o poder al Palacio, sino simplemente para determinar la identidad de mi abuelo y las circunstancias que rodearon el nacimiento de mi padre”, ha declarado a medios londinenses.
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